viernes, 9 de diciembre de 2016

Esto no es una poesía

Me miro en el espejo,
soy un par de ojeras andantes,
hace mucho que nadie me dice bonita.

No sé qué quiero,
cómo lo quiero
ni cuándo.

Hay días que desespero,
que no sé qué hacer para acallar mi mente.
Voy de un lado a otro
sin saber qué estoy buscando exactamente,
¿Cómo se satisface un deseo indefinido?

Escribo por impulsos.
Me siento un poco yonqui,
una yonqui que se ha quedado sin su droga habitual
y busca un chute de cualquier otra cosa que pueda calmarle.
Un poco TOC, incapaz de evitar las compulsiones.

Si de verdad estás ahí,
va siendo hora de que aparezcas.

lunes, 5 de diciembre de 2016

Cada día tengo más claro que a medida que la humanidad evoluciona, los humanos no hacen más que involucionar. 
¿Hacía dónde nos dirigimos? Porque en mi cabeza nada de esto tiene sentido. 

Somos títeres, en un espectáculo superficial y lucrativo. Y ni si quiera creo que haya unas "cabezas pensantes" detrás de todo esto. 
Nos creemos seres superiores y sin embargo, estamos siendo controlados y manipulados por todo aquello que hemos creado. Creamos el dinero en algún momento de nuestra historia, como un medio para lograr el intercambio de bienes. Pero todo eso cambió, y ahora el dinero es un fin en sí mismo. 

Miles de años después y Platón sigue teniendo razón con su caverna. 

Vivimos en un mundo que no existe, dónde importa más la foto que el momento, y el match en Tinder que la mirada de la persona que tenemos justo enfrente. 

Somos borregos, a los que nos gustan las mismas cosas y que odian las mismas cosas. Porque en el fondo lo odiamos todos. Odiamos nuestra existencia, porque está vacía y carente de sentido y al final del día hay pocas cosas de verdad a las que aferrarnos. Pero lo enmascaramos con un par de pastillas, instalando otro juego en el móvil, empezando otra serie, compartiendo en instagram una foto del libro que no estás leyendo porque el móvil te interrumpe cada vez que alguien le da a me gusta. 

Y cuando encontramos una causa por la que creemos que merece la pena luchar  nos aferramos a ella y no aceptamos la autocrítica. Porque nos da miedo descubrir que el sistema está corrompido hasta tal punto que no hay nada realmente válido. Pero cogemos todo ese odio que sentimos y lo lanzamos contra los demás, los que sentimos diferentes a nosotros. Porque es más fácil que aceptarnos. Porque aceptarnos es lo más difícil de todo. 

Primero debemos parar. Por muy complicado que nos lo ponga esta sociedad frenética y acelerada, debemos parar y quedarnos a solas con nosotros mismos. Pocas veces somos conscientes de lo que realmente pasa a nuestro alrededor, ni de lo que realmente pasa en nosotros. Porque nos han hecho impacientes, adictos a la gratificación inmediata. Pero solo hay una manera de terminar con todo esto y empieza por ser verdaderamente conscientes.


domingo, 21 de agosto de 2016

Me he perdido tantas veces, que ya no sé por donde empezar a buscarme.
He escrito tanto sobre mí, que ya no sé si soy de verdad o un adorno literario.
He fingido tantas cosas, que no sé interpretar las reacciones espontáneas.
He callado tanto, que he olvidado como se habla.

Hay días que me duele hasta el alma
y no sé como quitarme todo esto de encima.

Extremoduro me dice que "ame y ensanche el alma" pero todo aquello que alguna vez se ha parecido al amor no ha hecho más que hacerme pequeñita.

jueves, 11 de agosto de 2016

Sonríe, todavía existimos.

Somos lo impensable,
lo imposible, 
lo improbable. 

Somos la tierra prometida, 
la isla desierta,
la voz olvidada. 

Somos la mezcla exótica,
la contradicción simbólica, 
la mirada pragmática. 

Somos todo sueños,
competiciones de ingenio,
conversaciones sin dueño.

Somos nuestros ideales,
nuestros pensamientos más salvajes
y musicales.

Somos y seremos, 
porque fuimos.




miércoles, 29 de junio de 2016

Siempre quise atreverme
y dar el paso.
Saltar,
y echarme a volar.

He soñado con esto
durante tanto tiempo,
que ahora qué es realidad
no me lo creo del todo.

Y vuelta a empezar.
Llena de miedos,
de proyectos a medias,
de metáforas incomprensibles.

Yo y mi reloj atrasado,
siempre un pasito por detrás.
Siempre arrepentida
de todo aquello que no he hecho.

De todo lo mal hecho
los proyectos no acabados,
de las cosas que olvidé,
de lo que no consigo dejar atrás.

Siempre quise atreverme 
y dar un paso al frente.
Segura de mis decisiones
y acertar de una vez.

Pero aquí sigo fallando,
incumpliendo plazos,
rompiendo vasos,
perdiendo la fe.

Sigo pensando
que soy un desastre andante.
Que la ley de Murphy
es mi amiga fiel.

Quiero atreverme,
equivocarme.
Y traspasar los límites
que una vez marqué.

jueves, 12 de mayo de 2016

PERDIDA - Gillian Flynn

Éramos la primera generación de seres humanos que jamás podría ver nada por primera vez. Contemplamos las maravillas del mundo con ojos mortecinos, de vuelta de todo. Mona lisa, las pirámides, el Empire State Building. El ataque de un animal selvático, el colapso de antiquísimos glaciares, las erupciones volcánicas. 
No consigo recordar ni una sola asombrosa que haya visto en persona que no me recordase de inmediato a una película o a un programa de televisión. A un puto anuncio. ¿Conocen el espantoso sonsonete del indiferente? "Ya lo he viiistooo". Bien, pues yo lo he visto literalmente todo. Y lo peor, lo que de verdad provoca que me entren ganas de saltarme la tapa de los sesos, es que la experiencia de segunda mano siempre es mejor. La imagen más nítida, la visión más intensa, el ángulo de la cámara y la BSO manipulan mis emociones de un modo que ha dejado de estar al alcance de la realidad. 
No estoy seguro de que, llegados a este punto, sigamos siendo realmente humanos, al menos aquéllos de nosotros que somos como la mayoría de nosotros: los que crecimos con la televisión, el cine y ahora internet. Si alguien nos traiciona, sabemos qué palabras decir; cuando muere un ser amado, sabemos qué palabras decir; si queremos hacernos el machote o el listillo o el loco, sabemos qué palabras decir. Todos seguimos el mismo guión manoseado. 
Es una era muy difícil para ser persona. Simplemente una persona real, auténtica, en vez de una colección de rasgos seleccionados a partir de una interminable galería de personajes. Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad. 
Había llegado hasta tal extremo que ya nada parecía tener importancia, porque yo no era una persona real y tampoco nadie más lo era. 
Habría hecho cualquier cosa por sentirme real.

martes, 1 de marzo de 2016

Declaración

Reconozco que no se me da bien:
apreciar lo que tengo justo enfrente,
enfrentarme a los hechos,
no echar de menos.

Reconozco que exagero.
Que me imagino las cosas,
que mi mente tergiversa
y pierden claridad estos versos.

Reconozco que te invento cada noche,
pero a la luz del día ya no recuerdo.
Cuerda,
como tan sólo una loca
puede afirmar ser.

Reconozco abiertamente mis heridas,
que sangran cuando menos te lo esperas.

Reconozco que no sé rimar.
Ni sé nada de poesía.
Que no me gustan los finales
y me dan miedo los principios.

Pero de alguna manera u otra
consigo aliviar la carga
de mi maltrecho corazón.
Rezando para que aguante
otro par de embestidas.

sábado, 16 de enero de 2016

Quiero leerte,
con puntos y comas.
En prosa, verso o ensayo.
Llegar a comprenderte,
Metáforas a parte.
Buscarte el doble sentido.
Escribir en tus márgenes.
Acentuar tu sonrisa.
Aprender de tus ojos,
Mirando dentro de ti.
Pasar tus páginas con mis dedos
Enterrar la nariz en tu cuello
Para ver como hueles.
Y cuando acabe contigo,
Entender que me has cambiado,
Que te has metido muy dentro.
Y una parte de mi,
Se ha impregnado de ti.
Quiero releerte
Perderte
Y volver a encontrarte
en algún mercado,
Esperando aterrizar de nuevo sobre mis manos.
Como si estuvieses hecho para mí.
Quiero que no me dejes indiferente
Que leerte sea la mayor de las torturas
Y el mayor de los placeres
Que quiero llegar al final de ti
Pero no quiero que nunca acabes.
Quiero que te conviertas en mi libro favorito
Ese que leerías interminablemente.


domingo, 10 de enero de 2016

Los nadies

"Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres;
que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy ni mañana ni nunca,
ni en llovizna cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen y
aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados.¡,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folclore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en las páginas rojas de la prensa local.

Los nadies,
que cuestan menos que la bala que los mata. "

Eduardo Galeano (El libro de los abrazos)

viernes, 8 de enero de 2016

Hoy el día está gris,
la calle está vacía.
He soñado contigo
y me invade la melancolía.

Quiero gritar
pero me estoy ahogando.
Siento ganas de llorar,
tal vez las lágrimas
se lleven esta opresión
que me oprime por dentro.

Lo peor de todo,
es que añoro algo que no existe
y no sé si alguna vez lo hizo.

Y lo de ahora...
me produce tal torbellino de emociones
que mejor ni hablamos.
No quiero pensar en algo bonito
sintiéndome así,
y teñirlo todo de negatividad.

Hoy el día está gris,
la calle está vacía.
He soñado contigo
y me invade la melancolía.