miércoles, 15 de octubre de 2014

Una tarde cualquiera (que ya no va a volver)

Y ahí estabas, quitándome la vida a cada aliento.
 Tan cerca que casi dolía no poder tocarte más, hasta unir nuestras respiraciones y fundir nuestros cuerpos.
Sensaciones nuevas explotaban a cada instante.
Soltando gas caliente que nos elevase.
Pues te juro que esas tardes yo me sentía volar.

lunes, 13 de octubre de 2014

Sentía la necesidad de escribir. De escribirme.
Por todo lo que no te voy a decir.
Qué prometí que no volvería a escribirte, así que aquí estoy pidiendo otra oportunidad, y escribiendo para mí.
Para no recordarte a mi lado, a escasos centímetros de mi cara y sin poderte abrazar. Para no recordar tu mano posada un segundo en mi cadera para dejarla caer al vacío recordando que ya no nos está permitido. Por un segundo todo era como siempre cuando nuestras caras se tocaron, pero tus labios no estaban encima de los míos. Pero tus manos dejaban de acariciar mi cara y mis ojos todavía no se han secado.
¿Cómo pensar que hice lo mejor si me siento así? ¿Cómo pensar que lo mejor hace más daño?
I feel so right doing the wrong thing
Aún no he aprendido a mirar de frente al pasado, mirar el futuro y no verte en él.

sábado, 4 de octubre de 2014

Hay recuerdos que ahogan

Hay días que no puedo más. Pienso en ti y se me viene el mundo encima. Quién nos diría esto hace dos años...
Últimamente solo  te escribo a ti, y eso no me gusta. Porque aquí lo importante soy yo y debería recordarmelo cada día. Sin embargo, existen días en los que se hace inevitable hablarte y hoy es uno de ellos. No se por donde empezar, esto nunca se me ha dado bien.
Con el tiempo estoy perdiendo facultades, ganando experiencias, perdiendo batallas. Voy completando mi puzzle, aunque ahora las piezas hayan cambiado. Es increíble todo lo que puede cambiarte la vida una persona, y lo que cambia la ausencia.
Yo aún no siento tu ausencia, la voy aceptando pero todavía no me he enfrentado a ella. Pronto te veré cara a cara y no serás solo un pensamiento más, y no se si estoy preparada.
Ahora entiendo todas las películas de amor, y sonrío con tristeza, pensando en lo bonito que sería que llamases a mi puerta con un discurso que lo solucionase todo en los diez últimos minutos.

No quiero volver a escribirte, puede que esta sea la última vez. Pero ya sabes, yo nunca prometo nada. Aunque intentaré volver a mirar un cuatro sin sentir nostalgia.