martes, 30 de diciembre de 2014

Si 14 vidas son dos gatos, aún queda mucho por vivir.

Me fui para no volver y me dejé la puerta abierta y las llaves puestas.
Me perdí entre palabras ajenas y me dejé llevar, llevando la conciencia a cuestas. 
Desperté en un mar de dudas y me bañé desnuda a la luz de tu luna. 
Acabé en alguna ciudad de calles desiertas.
En esos días siempre tenía rotas las medias, descosida la chaqueta.
Seguía llevando a cuestas la conciencia,
pero ya no pesaba.
Soñaba con ser gato callejero.
Buscando tu luna, subida a un tejado, buscaba fortuna. 
Volví a donde no me buscaban y nadie me estaba esperando. 
Me encontré conmigo misma y me parecía cambiada. Pregunté qué tal,
después de tantos años sin vernos y mentí,
y me dije que todo iba bien. 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Fix you- Coldplay

De madrugada es cuando mejor se lee. A oscuras y metida en la cama, con la luz del portátil destrozando mis ojos un poquito más y leyendo a almas perdidas con voces que se van adueñando de la mía hasta quedarme muda. Impotente. Por no saber expresarme. 
Y si es con música pues todo se lee mucho mejor, hay palabras que necesitan de música para saber entenderse. O será que siempre he sido muy dramática. Aunque claro, llega spotify con un anuncio de la mejor música latina y te corta todo el rollo de momento. Y te recuerda dónde estás. Qué la película romántica que te acabas de tragar no es más que eso, una estúpida película. Y que no eres ninguna poeta que digamos. 

Puede que escriba para no pensar demasiado, para no mirar el móvil y es que últimamente estoy fuera de línea. Podría seguir una línea de pensamiento más o menos recta e intentar decir algo con sentido, pero escucho la música y simplemente me dejo llevar. No soy yo, son mis dedos que van más rápidos que mi sentido común. Es mi pequeña vocecita interna que se quiere hacer oír por encima de tantos reproches, por encima del miedo, de los prejuicios, de los sentimientos encontrados. 

Escribo demasiado, por no saber que decir en el momento adecuado. Me gustan las películas porque me asustan los directos. Cuando escribes te da tiempo a pensar lo que vas a decir (aunque ese nunca haya sido mi caso),pero cara a cara no tienes donde esconderte si la cagas. 
Demasiados punto y aparte. 

Ya no se continuar un párrafo y conseguir una extensión decente. Aunque intento disimular voy tirando a rastras de todo, intentando que nunca nada se desmorone y no se noten las costuras.  Porque el día que todo se rompa me dejaré la mitad por el camino. 

Y es siempre a esta hora cuando me entra la nostalgia, y me aferro a ella porque sentimentalmente siempre he sido un poco masoquista. Porque ayer te vi y deseé que no le comieses la boca a ninguna otra. Porque cuando empiezo a desvariar nunca sé cuando debo callarme. Y al final siempre hablo de más y a deshoras. Porque cuando quiero lanzarme a la piscina ya la han vaciado y se ha terminado la temporada de verano. Y hoy ha llegado el invierno y no sé si podré soportar el frío sola. 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Siempre me ha gustado el optimismo, los títulos largos y las reflexiones absurdas.

Me he enamorado de demasiados libros, de muchas canciones, de frases en las paredes, de miradas perdidas, de sonrisas cálidas, de manos punteando una guitarra. 
Me he enamorado de más atardeceres que amaneceres, de más carcajadas que culos bonitos, de más palabras que imágenes, de más ruidos que sonidos, de más desastres que aciertos.
Me he enamorado pero no de ti, ni de él, ni de ella. Me he enamorado de todo el mundo un poquito,de algunas ciudades, de extraños olores, de momentos, de viajes, de rincones. 
Y el mundo me ha devuelto parte de ese amor, aunque parte del amor que das nunca vuelve. Y parte del amor que recibes nunca lo devuelves. 
Y eso es bonito, pensar que en todos hay parte de alguien más, que todos los sitios que visitas y todas las cosas de las que te enamores han inspirado ya amor en los demás. Esa película de la que te sabes los diálogos de memoria, esa canción que te ha hecho llorar mil veces, ese libro que robó una parte de ti, esa persona en la que siempre piensas cuando no hay nada en lo que pensar. 
Nos enamoramos tantas veces que todos se quejan de que hemos perdido el sentido de enamorarse. Pero de qué sirve pasar la vida esperando enamorarse de cosas perfectas, buscando el amor de tu vida, el padre/madre de tus hijos, tu canción favorita, el color perfecto si puedes empapelar tu corazón. Basta de sobrevalorar los verbos y de reprimir sentimientos. 
Enamórate mil veces, cambia de opinión, ríete de tus errores.
Lo mejor de esta vida es conocer tantas canciones buenas que no podrás elegir una favorita, amar a tantas personas que nunca te encontrarás solo, enamorarte de tantos lugares que no seas de ningún sitio, leer tantos libros que nunca te acordarás de la mitad, vivir tantas cosas que no necesitarás buscar ese amor perfecto y sobrevalorado para no sentirte vacío. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Romper es bien.

Voy a romper con todo. Con tus planes, con sus palabras, con mis desgracias.
Si estás leyendo esto no intentes entenderlo. No todo en la vida tiene sentido. Nada en esta vida lo tiene.
Hoy voy a romperlo todo. Porque puedo. Porque me apetece romper cosas.  Porque el orden es aburrido, porque llegas y el caos se asoma por la ventana. Porque he sufrido un atropello. En mi mente las palabras que nunca te dije han chocado con mis ganas, y no veas que follón. He pasado el cordón policial y ahí estaban desangrándose todos los versos que mueren antes de llegar a mi boca. He perdido la coherencia y puede que algo más. Porque en realidad me da igual.
Ya no me haces perder el sueño.
Voy a romper con todo y voy a empezar una revolución. Exijo más horas de sueño y más sueños por hora. Quiero empezarlo todo, aunque tal vez (y como siempre) no termine nada.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Y qué si me falta talento y me sobran defectos, si tengo más cicatrices que virtudes. Si soy ingenua e inocente y me queda mucho por fallar y mucho por aprender. Si necesito poner los pies en el suelo y dejar de soñar despierta. Si he esquivado un tiro y me han rozado dos. Si aún persigo tu ausencia. Tengo la mente hecha un lío y me he dejado la puerta abierta.
Cómo no voy a hablar de mi, si siempre estoy hablando conmigo.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Una tarde cualquiera (que ya no va a volver)

Y ahí estabas, quitándome la vida a cada aliento.
 Tan cerca que casi dolía no poder tocarte más, hasta unir nuestras respiraciones y fundir nuestros cuerpos.
Sensaciones nuevas explotaban a cada instante.
Soltando gas caliente que nos elevase.
Pues te juro que esas tardes yo me sentía volar.

lunes, 13 de octubre de 2014

Sentía la necesidad de escribir. De escribirme.
Por todo lo que no te voy a decir.
Qué prometí que no volvería a escribirte, así que aquí estoy pidiendo otra oportunidad, y escribiendo para mí.
Para no recordarte a mi lado, a escasos centímetros de mi cara y sin poderte abrazar. Para no recordar tu mano posada un segundo en mi cadera para dejarla caer al vacío recordando que ya no nos está permitido. Por un segundo todo era como siempre cuando nuestras caras se tocaron, pero tus labios no estaban encima de los míos. Pero tus manos dejaban de acariciar mi cara y mis ojos todavía no se han secado.
¿Cómo pensar que hice lo mejor si me siento así? ¿Cómo pensar que lo mejor hace más daño?
I feel so right doing the wrong thing
Aún no he aprendido a mirar de frente al pasado, mirar el futuro y no verte en él.

sábado, 4 de octubre de 2014

Hay recuerdos que ahogan

Hay días que no puedo más. Pienso en ti y se me viene el mundo encima. Quién nos diría esto hace dos años...
Últimamente solo  te escribo a ti, y eso no me gusta. Porque aquí lo importante soy yo y debería recordarmelo cada día. Sin embargo, existen días en los que se hace inevitable hablarte y hoy es uno de ellos. No se por donde empezar, esto nunca se me ha dado bien.
Con el tiempo estoy perdiendo facultades, ganando experiencias, perdiendo batallas. Voy completando mi puzzle, aunque ahora las piezas hayan cambiado. Es increíble todo lo que puede cambiarte la vida una persona, y lo que cambia la ausencia.
Yo aún no siento tu ausencia, la voy aceptando pero todavía no me he enfrentado a ella. Pronto te veré cara a cara y no serás solo un pensamiento más, y no se si estoy preparada.
Ahora entiendo todas las películas de amor, y sonrío con tristeza, pensando en lo bonito que sería que llamases a mi puerta con un discurso que lo solucionase todo en los diez últimos minutos.

No quiero volver a escribirte, puede que esta sea la última vez. Pero ya sabes, yo nunca prometo nada. Aunque intentaré volver a mirar un cuatro sin sentir nostalgia.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Si supieras todo lo que no te escribo

Te escribo todo aquello que no puedo (o debo) decirte.
Te escribo porque no te he olvidado, aunque te haga ver que sí. Te escribo porque aún necesito contarte como va mi día, pequeñas cosas que a cualquiera no contaría, por insulsas, cotidianas. Pero al final esas pequeñas cosas que componen mi día y me hacen ser como soy. Y a ti conocerme en todas mis facetas, cuando estoy más dormida, enfadada, indignada con el mundo, feliz porque aún me queda chocolate en la nevera, triste porque se terminó mi serie favorita, orgullosa porque ya me hago yo sola la comida, cuando tengo miedo después de una pesadilla.
Te escribo porque sé que nunca me leerás, por ello me permite contártelo de una vez todo. Contarte que sigo hecha un lío. Que te necesito a mi lado, que me conformo con que solo sea a ratos, me conformo con sentirte cerca aunque estés muy lejos,
Contarte que tengo miedo, de estar sin ti y de estar contigo. Miedo de sentirme sola. Miedo de sentirme mejor sola. Miedo del futuro, de olvidar el pasado, de no vivir el presente.
Tengo una sensación que todavía no he aprendido a describir.
Te juro que nunca pensé en escribirte esto. Te prometo que muero porque un día por casualidad, de repente lo leas. Y por fin comprendas.
Tal vez para ese día sea feliz. Y yo espero que tú también lo seas. Porque aunque nunca llegues a encontrar esto te deseo lo mejor. Porque nunca sabremos donde nos llevaran los caminos, pero me encantaría coincidir contigo en esta vida. Y en las mil vidas siguientes. Coincidiría contigo en todas y cada una de ellas. Y si no crees en las coincidencias tal vez nos encontramos porque nos estábamos buscando. Me gustaría pensar que todo esto es más que una casualidad del destino.
Que todo estaba escrito, aunque nadie vaya a leernos cariño, estábamos haciendo historia.
¿Fin?

viernes, 19 de septiembre de 2014

A new season

Llegó el momento de decir adiós al verano, a todo lo que conozco, a mis padres, a mi hermano, a algunos amigos, a mi casa, mi habitación, mis costumbres, mis libros, a mí misma en cierto sentido...
Mejor no.
Empecemos de nuevo, llegó el momento de decir hasta luego. (Un adiós es demasiado definitivo)
Y sin duda han llegado mil cambios con este hasta luego. Y hasta que las cosas no cambian  no sabes si será para bien o para mal. Y hasta que las cosas no han cambiado no aprecias lo mucho que las echarás de menos.

Pero también ha llegado el momento de decirle hola a nuevas oportunidades, a experiencias únicas, a mil caras nuevas, a mil sonrisas que están deseando nacer. El otro día leí que le futuro debe ser esperanza, así que he volcado todas mis esperanzas y mis sueños en mi futuro, he cerrado los ojos con fuerza y he decidido confiar en que todo saldrá bien.

Y sin embargo, mi estúpida y repelente voz interna no deja de repetirme que debo tener cuidado. Que nada sale como lo planeamos, que puedo perderlo todo. Pero vivir con miedo significa perder antes de empezar a jugar. Por ello, lo único que planeo perder es el miedo y la vergüenza.
La vida no se puede controlar ni predecir y hay que aprender a vivir con ello, sin miedo.
Pondré la música más alta que mis pensamientos, para acallar mi voz. Cerraré los ojos y me lanzaré al vacío, sin arneses. Si me caigo, ya aprenderé a levantarme.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Inspiración

Te pienso,
pero nunca apareces en mi lápiz de la misma forma.
Eres etérea, sutil guerrera.
Eres virtud y eres promiscua.
Caprichosa.
Eres pasión, razón e irracional soñadora.
No tienes horarios, reglas ni formas.
Eres libre y carcelera de mis horas.
Corren ríos de tinta cuando apareces,
impredecible y breve.
Otras veces
me acompañas durante horas.
No hay forma de llamarte,
esperarte, ahogas.
Nada es lo mismo cuando te largas.
Me abandonas.
A mi suerte.
Inspiración.

lunes, 25 de agosto de 2014

Siempre he tenido miedo de expresar mis sentimientos porque cuando lo hago me siento débil y necesitada. Y me da miedo esa sensación. Esa inseguridad, por darlo todo con miedo a no recibir nada.
Por eso creo que busco a alguien que me quiera más de lo que yo puedo querer. Porque sentirse querido es más seguro que querer sin reservas y razonamientos. Tienes menos que perder. Aunque eso signifique ir siempre un paso más atrás y reprimir tus propios sentimientos. Simplemente es una sensación más cómoda, saber que siempre vas a tener a alguien ahí.
Pero la verdad es que no hay sensación que se compare a lo que sientes cuando te lanzas a querer, cuando empujas tus miedos al vacío dándolo todo, y recibes más.
Porque no se pueden racionalizar los sentimientos. La vida es irracional, las personas somos irracionales y nuestras emociones no se pueden cuantificar.
Por mucho miedo que nos dé, quien no arriesga no gana. 
Esconder lo que sientes no proporciona seguridad, si vives tu vida a medias es cierto que sufres menos pero en proporción con todo lo que dejas atrás en el camino no creo que merezca la pena.

miércoles, 30 de julio de 2014

Un buen libro es un libro que uno se arrepiente de terminar.

- Un buen libro no se mide sólo por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento; durante un instante, sólo debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro es un libro que uno se arrepiente de terminar.

-La verdad sobre el caso Harry Quebert- Joël Dicker

domingo, 13 de julio de 2014

No voy a escribir sobre en mi en tercera persona porque me parece vanidoso e incluso un tanto inquietante. Así que allá vamos.
Soy demasiado complaciente con todo aquel que me rodea. Con mis padres, amigos... Joder, si me cuesta la vida misma decir que no aunque se trate de un alguien que no me cae especialmente bien.
Y esa complacencia a la larga sólo trae sufrimiento. Porque nunca llueve a gusto de todos y al final sólo termino por joderme a mí misma. Y sentirme culpable por todo y con todos.
Pero hoy voy a reconocerlo, el problema es que soy una cobarde. Me da miedo enfrentarme a los demás. Y el mayor problema aparece cuando no enfrentarte a alguien significa enfrentarte a otra persona. Por eso no se puede complacer a todo el mundo, porque es un círculo vicioso del que nunca sales y que no te lleva a ningún sitio. Debería ser hoy por mi y mañana también, como todo el mundo. Lo cual no significa ser egoísta sino aprender a dar cuando tú quieras y a quien quieras y no complacer a todo el mundo por miedo a enfrentarlos.
Si no juegas nunca ganas.

jueves, 3 de julio de 2014

Momentos

¿Y qué me dices de esa sensación justo después de cometer una locura?
O esos momentos de espera cuando recibes un mensaje esperado, pero en lugar de abrirlo alargas ese momento con la mitad de miedo y la mitad de placer.
Esos minutos de paro cardíacos al terminar un libro o una película perfectos. Esa sensación de vacío que te abraza por dentro.
Esa otra sensación que sólo produce una caricia.
Esos minutos mientras te duchas y el agua recorre tu piel a la temperatura perfecta.
Esos segundos que dura un orgasmo.
El pensamiento de antes de abrir un regalo.
La sonrisa después del primer "te quiero".


domingo, 22 de junio de 2014

Somos productos de la sociedad que consumen otros productos. Somos números, marcas, etiquetas, beneficios, dinero, espectadores, datos, más dinero y más números.
Somos copias, reproducciones de lo que ya conocemos.
Porque lo diferente nos asusta. Porque nos han enseñado bien, para que así sea.
¿Somos libres? Nos sentimos libres sin tener ni idea de que es la libertad.
Todo lo que somos, todo lo que sabemos se encuentra condicionado por nuestro entorno.

¿Por qué tenemos que pensar que sólo existe una realidad? ¿Por qué tiene que ser la realidad que ellos nos enseñan?

"Más vale malo conocido que bueno por conocer" O al menos eso quieren que creas.


sábado, 14 de junio de 2014

Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!" y el eco dice
"¡Nada!".
Grito "¡Nada!" y el eco dice
"¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro

sábado, 10 de mayo de 2014

Hay momentos en la vida en los que el futuro realmente acojona.
Pensar que una decisión que tomes ahora puede cambiar tu vida para siempre. Y cómo saber cual es la respuesta correcta si la vida viene sin soluciones.
Puedes elegir bien o elegir mal. O no elegir, lo cual es literalmente imposible puesto que eliges no elegir, lo que supone tomar una decisión. La vida se alimenta de paradojas.
La vida es aquello que pasa mientras decides qué hacer.

Un filósofo dijo una vez que el ser humano tan sólo está condenado a ser libre. Y es que si somos libres todo lo que ocurre en nuestras vidas depende de nosotros y de nuestros actos. Suponer eso sería asegurar que somos totalmente responsables de todo, y que todo eso del azar y el destino son mierdas que intentamos creer para redimir nuestra culpa y quitarnos ese peso de encima que supone cargar con tu propia vida. Con todos los actos que la componen.

Y es en ese momento cuando te das cuenta de el miedo que te da vivir.
Por si la cagas,
por si nada sale como lo planeaste,
por lo que te puedan decir,
por si sufres,
por si amas,
por si te rompen en mil pedazos
y luego no sabes recomponerte.

Es ese momento en el que te das cuenta de que sólo estás tú ante el peligro. Que desde que nacemos vamos por la vida sin chaleco salvavidas, dando tumbos sin rumbo. Que todo lo que hagas puede resultar ser la peor decisión de tu vida. Que puede ser la mejor. Y que, a veces, es la única decisión.

domingo, 4 de mayo de 2014

Cuatro.

Seguimos sumando números
y sumando recuerdos.
Contando caricias
y recordando besos.
Nuestro álbum se llena de fotos
y nuestras noches de conversaciones.
Hablar de sueños rotos,
haciendo planes.

Sumamos las peleas,
la carretera se va llenando de baches.
A veces me da miedo acelerar,
se va muy bien en primera.
Pero cierro los ojos y acelero.
Te aprieto la mano y volamos.
Y bajamos,
pero cada vez estamos más cerca del cielo.
El suelo ya no es bonito porque no me recuerda a ti.

A veces no sé ni lo que digo.
Pero sigo sumando,
déjame contar contigo.
Si hay algo que restar
que sea la distancia que me separa de tu cama.
Y así sumar también madrugadas.

jueves, 24 de abril de 2014

Creo firmemente en esa frase que dice que no tomes decisiones cuando estés enfadado ni hagas promesas cuando te sientas feliz. Y me atrevo a incluir un par de acciones más. No es buena hablar cuando estás enfadado. En ese momento límite en el cual la ira es tal que no sólo no controlas tus palabras sino que no escuchas tus pensamientos. En esos momentos en los que somos bombas de relojería a punto de estallar.
Y si por un momento consigues mantener la calma y te paras a pensar, esa ira te abandona tan rápidamente como ha llegado. Se disipa. Y en su lugar te embarga una fría indiferencia, un amargo rencor, una sorprendente calma... A veces un poco de todo.
Por eso es recomendable respirar profundamente y pensar detenidamente el motivo de tu enfado. También se puede descargar el enfado contra el mobiliario de tu casa, el suelo, tus seres queridos o un teclado. No puedo garantizar los posibles efectos secundarios.

Con la felicidad pasa algo parecido. Pero cuando podemos decir: Soy feliz, con pleno conocimiento de causa. ¿Dejamos de ser felices en el momento en el que nos cuestionamos si lo somos? ¿O tal vez tratamos de alcanzar un ideal, un estado que no existe despreciando todos los momentos intermedios?

sábado, 19 de abril de 2014

¿Qué es eso a lo que llaman amor?

Mira, ojalá pudiera desmitificártelo en pocas palabras, decirte sencillamente que es una fuerza creada por todos los seres vivos, que nos rodea, que nos impregna y mantiene unida la galaxia. Que está en tus células. Literalmente. Que esos microscópicos bichos hippies del amor corren por tus células y te conectan con el amor, o cualquier otra teoría pseudobiológica metafísicamente absurda. Pero la verdad es que hay diferentes tipos de amor y diferentes maneras de amar, y en realidad nadie entiende lo suficiente ninguno de esos tipos y maneras para decir algo que no sean más que tonterías con ciertas tendencias al sentimentalismo.

El primer viaje de Sócrates . Emil Ostrovski

domingo, 13 de abril de 2014

...

Prefiero leer a escribir. Porque yo siempre he sido muy vaga. Aunque interiormente yo soy más de retos, últimamente intento no complicarme la vida. Bastante se complica ella solita sin necesidad de que yo haga nada.
Prefiero leer a escribir. Porque leer es más pasivo. Porque leyendo no tengo que pensar en mí. Prefiero dejarme absorber por una buena historia que por mis pensamientos. Y eso tal vez sea una señal, de algo. Tampoco tengo ganas de pensarlo. Hay días que pienso que podría pasarme la vida leyendo. Renunciar a vivir tiene sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas.
Prefiero leer a escribir. Y sí, también me gusta mucho repetirme. Pequeñas manías.
Pero aquí estoy. Escribiendo, pensando, viviendo y leyendo. Bueno, ya dije que siempre he sido más de retos.

martes, 18 de marzo de 2014

Vamos a jugar a un juego.
Te cambio la mente.
Quiero salir de este caos aunque sea un rato, y si para ello debo entrar en un caos ajeno, bienvenido sea.
Lo que más extraño de ser pequeña es vivir sin preocupaciones.
Que sí, que yo era de pensar mucho y en muchas cosas.
Pero mis problemas eran menores o cuanto menos distintos.
No me gustan los problemas de los adultos. Algunos no tienen solución pero no por ello puedes evitar que ocupen todo tu pensamiento. Hay otros que limitan con lo absurdo.
Por eso quiero salir de mi mente, no quiero seguir preocupándome por esa clase de problemas. Me niego.
Me he enfadado.
Con todo.
Con todos,
conmigo.
Cuando eres pequeño la vida es más fácil, tal vez porque las cosas no dependen tan directamente de tus acciones.
Cuando eres pequeño todo es más fácil, o cuanto menos distinto.

miércoles, 12 de febrero de 2014

A veces las personas no son conscientes de lo que sus actos influyen o dejar de influir en los demás.
Todas nuestras interacciones con los demás adquieren una consecuencia.
Una figura bastante influyente en nuestra adolescencia es el profesor.
Hay profesores que te marcan, pero unos para bien y otros no tanto. Existen profesores de esos que recuerdas siempre por todo lo que influyeron en ti. Y ya no se trata de medir cuantitativamente los conocimientos que te ha enseñado si no de una forma cualitativa todo lo que como persona te ha aportado.
Por otro lado, hay profesores que te hunden en la miseria. Yo creo que si supieran hasta que punto te anulan como persona en sus clases se dedicarían a otra cosa. Porque me niego a pensar que nadie tiene como vocación el joder a restos de mortales. Aunque más de alguna vez la duda me corroe.
Y lo peor de este puto año de mierda en el cual no nos dejan ni pensar, solo se trata de memorizar contenidos de distintas asignaturas para soltarlas en un examen de mierda al final de curso. Lo peor de todo es que ni siquiera me deja tiempo para indignarme.

sábado, 8 de febrero de 2014

Hoy me ha dado por pensar en todos los libros de fantasía donde aparecen mundos paralelos. Sus protagonistas suelen ser adolescentes con una vida normal pero que secretamente siempre han sentido que no pertenecían a ese lugar. Y esto se debe a que su destino era otro. Cuando entran en ese mundo paralelo al que realmente pertenecen se sienten completos. Parte de un todo finalmente. Por primera vez todo encaja. Y es que sus destinos estaban escritos.

Y yo me paro a pensar, ¿Y los demás? Todos hemos sentido alguna vez que no encajábamos en ningún sitio, que nadie nos ha llegado nunca a comprender, que en el puzzle de nuestras vidas se han perdido muchas piezas y las que hay vienen más bien defectuosas. 
Pero no puedo esperar a encontrar mi mundo de fantasía, donde me digan que realmente he llegado a casa. No quiero. Bastantes sueños tontos persigo ya.  
Sigo pensando y creo que quizás nadie haya encontrado jamás ese mundo realmente. Quizás interiormente todos nos sentimos igual. Quizás el mundo se compone de personas individuales e incomprendidas. Quizás la unidad y la comprensión total son solo ideales que hemos interiorizado como objetivos de nuestra vida. 

O quizás llegue un día en el que encontremos esa unidad en otra persona. Ese día no hará falta que nadie te diga que has llegado a casa, porque ya lo sabes. 



jueves, 30 de enero de 2014

The perks of being a wallflower

Una vez en una hoja amarilla de papel con rayas verdes
escribió un poema
Y lo llamó "Chops"
porque así se llamaba su perro
Y de eso trataba todo
Y su profesor le puso un sobresaliente
y una estrella dorada
Y su madre lo colgó en la puerta de la cocina
y se lo leyó a sus tías
Ese fue el año en el que el Padre Tracy
llevó a todos los niños al zoo
Y les dejó cantar en el autobús
Y su hermana pequeña nació
con las uñas de los pies diminutas y sin pelo
Y su madre y su padre se besaban mucho
Y la niña de la vuelta de la esquina le envió una
tarjeta de San Valentín firmada con una fila de X
y él tuvo que preguntarle a su padre qué significaban las X
Y su padre siempre lo arropaba en la cama por la noche
Y siempre estaba ahí para hacerlo

Una vez en una hoja blanca de papel con rayas azules 
escribió un poema 
Y lo llamó "Otoño"
porque así se llamaba la estación
Y de eso trataba todo 
Y su profesor le puso un sobresaliente
y le pidió que escribiera con más claridad
Y su madre nunca lo colgó en la puerta de la cocina 
porque estaba recién pintada
Y los niños le dijeron
que el Padre Tracy fumaba puros
Y dejaba colillas en los bancos de la iglesia
Y a veces las quemaduras hacían agujeros
Ese fue el año en que a su hermana le pusieron gafas
con cristales gruesos y montura negra
Y la niña de la vuelta de la esquina se rió
cuando él le pidió que fuera  a ver a Papá Noel
Y los niños le dijeron que por qué
su madre y su padre se besaban mucho 
Y su padre nunca lo arropaba en la cama por la noche
Y su padre se enfadó
cuando se lo pidió llorando

Una vez en un papel arrancado de su cuaderno
escribió un poema 
Y lo llamó "Inocencia: una duda"
porque esa duda tenía sobre su chica
Y de eso se trataba todo
Y su profesor le puso un sobresaliente
y lo miró fijamente de forma extraña
Y su madre nunca lo colgó en la puerta de la cocina
 porque él nunca se lo enseñó
Ese fue el año en el que murió el Padre Tracy 
Y olvidó cómo
era el final del credo
Y sorprendió a su hermana 
enrollándose con uno en el porche trasero
Y su madre y su padre nunca se besaban
ni siquiera se hablaban
Y la chica de la vuelta de la esquina
llevaba demasiado maquillaje
Que le hacía toser cuando la besaba
pero la besaba de todas formas
porque tenía que hacerlo
Y a las tres de la madrugada se metió él mismo en la cama 
mientras su padre roncaba profundamente 

Por eso en el dorso de una bolsa de papel marrón
intentó escribir otro poema
Y lo llamó "Absolutamente nada"
Porque de eso se trataba todo en realidad
Y se dio a sí mismo un sobresaliente
y un corte en cada una de sus malditas muñecas
Y lo colgó en la puerta del baño 
porque esa vez no creyó
que pudiera llegar a la cocina.




Listen to: I see fire- Ed Sheeran