lunes, 27 de junio de 2011

No entiendo.

No sé porque la princesita decidió besar al sapo antes de preguntarle al príncipe si la llevaba al baile.
No sé porque se supone que todos los escorpio somos celosos o todos los leo cabezotas.
Nunca entendí para que servían más de la mitad de las cosas que nos enseñaron en el colegio, así como nunca entenderé la utilidad de pasarse años estudiando matemáticas.
No tengo ni la más remota idea sobre niños ni sus caídas sin dolor aparente, pero moriría por poder levantarme después de golpes así y reírme, tan simple como eso.
Nunca entenderé el racismo, la violencia ni la falsedad de la gente.
No quiero entender el poder con ese sabor salado del miedo.
Nunca entenderé porque me mata su sonrisa ni sabré entender muchos de sus miedos.
Me asusta la complejidad de la vida, con sus grandes enigmas y sus pequeñas incógnitas, como escribir esto a la 1:22 de la madrugada, a la luz de un flash cualquiera, en una cama cualquiera, con un "boli bic" cualquiera, aunque no pensando precisamente en cualquiera.
No sé porque, pero tengo más caras que días tiene un año. tonterías en mi cabeza como para escribir un libro y un pinta uñas para cada día de la semana.
Por no entender, no me entiendo ni a mí misma, pero me basta con ir descubriendo las cosas día a día.
        Eu                                       

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