martes, 24 de julio de 2012

Confesiones

Siempre he pensado que un buen texto solo necesita un buen comienzo, un titulo que deje con ganas de más y un final que deje buen sabor de boca. Lo difícil siempre es conseguir eso, el resto quedará en segundo lugar, pruebas a rellenar el hueco que hay entre comienzo y final por una razón estética más que poética. Un poco de melodramátismo o una frase de humor en el lugar adecuado hará que el lector continúe leyendo, hasta llegar a ese espléndido y premeditado final. Ese que le hará olvidar la sarta de tonterías que te has visto obligado a soltar en medio, solo para rellenar. ¿Y este, os parece un buen final?

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