Hay días que no puedo más. Pienso en ti y se me viene el mundo encima. Quién nos diría esto hace dos años...
Últimamente solo te escribo a ti, y eso no me gusta. Porque aquí lo importante soy yo y debería recordarmelo cada día. Sin embargo, existen días en los que se hace inevitable hablarte y hoy es uno de ellos. No se por donde empezar, esto nunca se me ha dado bien.
Con el tiempo estoy perdiendo facultades, ganando experiencias, perdiendo batallas. Voy completando mi puzzle, aunque ahora las piezas hayan cambiado. Es increíble todo lo que puede cambiarte la vida una persona, y lo que cambia la ausencia.
Yo aún no siento tu ausencia, la voy aceptando pero todavía no me he enfrentado a ella. Pronto te veré cara a cara y no serás solo un pensamiento más, y no se si estoy preparada.
Ahora entiendo todas las películas de amor, y sonrío con tristeza, pensando en lo bonito que sería que llamases a mi puerta con un discurso que lo solucionase todo en los diez últimos minutos.
No quiero volver a escribirte, puede que esta sea la última vez. Pero ya sabes, yo nunca prometo nada. Aunque intentaré volver a mirar un cuatro sin sentir nostalgia.
No sabes lo identificada que me siento con esta entrada. Saludos
ResponderEliminar