Y yo me paro a pensar, ¿Y los demás? Todos hemos sentido alguna vez que no encajábamos en ningún sitio, que nadie nos ha llegado nunca a comprender, que en el puzzle de nuestras vidas se han perdido muchas piezas y las que hay vienen más bien defectuosas.
Pero no puedo esperar a encontrar mi mundo de fantasía, donde me digan que realmente he llegado a casa. No quiero. Bastantes sueños tontos persigo ya.
Sigo pensando y creo que quizás nadie haya encontrado jamás ese mundo realmente. Quizás interiormente todos nos sentimos igual. Quizás el mundo se compone de personas individuales e incomprendidas. Quizás la unidad y la comprensión total son solo ideales que hemos interiorizado como objetivos de nuestra vida.
O quizás llegue un día en el que encontremos esa unidad en otra persona. Ese día no hará falta que nadie te diga que has llegado a casa, porque ya lo sabes.
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